Toxina Botulínica

La aplicación de toxina botulínica se utiliza para mejorar las zonas afectadas por arrugas dinámicas, es decir, las que causamos al hacer gestos con los músculos de la expresión facial. Generalmente las zonas más comúnmente tratadas son la frente, el entrecejo y la región alrededor de los ojos (patas de gallo), sin embargo, podemos utilizar la toxina para mejorar otras zonas: sonrisa gingival, comisura de la boca caída, músculos de la masticación muy aumentados de volumen, arrugas sobre la nariz (bunny lines), entre otras.

Actualmente se recomienda iniciar con la aplicación de la toxina botulínica entre los 25 y 30 años (baby botox), esto de manera preventiva a la formación de las arrugas, ya que una vez que la arruga es muy profunda la toxina no la mejora por completo y se requiere la aplicación posterior de un relleno.

El resultado en ambos casos es natural, sin la pérdida de la expresión facial, con una duración entre 4-6 meses dependiendo de cada paciente, ya que depende de la fuerza de los músculos de la cara, así como de que tan frecuentemente los utiliza (que tantos gestos hace en su día a día). Es por eso que algunos pacientes tienen una duración mayor que otros, tras la aplicación del producto.

El efecto de la toxina se empieza a observar 2-3 días después de la aplicación, y se termina de instalar alrededor de los 10-14 días, por lo tanto, a todos nuestros pacientes se les ofrece una cita de seguimiento para valoración a las 2 semanas, para en caso de ser necesario, aplicar un retoque sin costo extra, en las zonas ya tratadas.